Quiénes somos

CESAR es un proyecto fraguado en la Universidad de Zaragoza, liderado por el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) y apoyado por una serie de institutos y centros universitarios:

  • I3A (Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón)
  • INA (Instituto de Nanociencia de Aragón)
  • IUMA (Instituto Universitario de investigación en Matemáticas y Aplicaciones)
  • ZCAM (Zaragoza Scientific Center for Advanced Modeling)
  • Escuela Politécnica de Teruel
  • Escuela Politécnica de Huesca

El Instituto BIFI se configuró en 2002 desde la Facultad de Ciencias con la incorporación de Físicos, Informáticos, Bioquímicos y otros investigadores con una vocación, además de investigación básica, de realizar actividades de transferencia con empresas.

Uno de los pilares del Instituto es la importante potencia de cálculo con la que ha contado desde sus inicios, imprescindible para llevar a cabo las investigaciones que en él se desarrollan. En la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, desde hace años se han venido desarrollando proyectos muy ligados a la Supercomputación, desde los Departamentos de Física Teórica, Bioquímica y Física de la Materia Condensada. Investigadores en estas áreas han participado activamente en el desarrollo de Software y Hardware para uso científico, en colaboración con grandes empresas como IBM y grandes centros de investigación como Los Alamos o el CERN. La necesidad de Supercomputación tanto en Física como en Bioquímica, llevó a la creación dentro del BIFI de un Centro de Proceso de Datos (CPD) que contiene las mayores infraestructuras de cálculo científico de nuestra comunidad y da servicio a investigadores y empresas.

Desde 2002 el CPD del BIFI ha dado servicio a decenas de grupos de investigación de un buen número de países, ha participado en los principales proyectos europeos en torno a la computación de altas prestaciones, la Supercomputación y la computación distribuida. Ha contribuido a la formación de un gran número de tecnólogos que se han incorporado a empresas de alta tecnología  en Aragón y en empresas europeas. Se han puesto en marcha un buen número de proyectos de transferencia con empresas con contratos OTRI y proyectos competitivos autonómicos, nacionales y europeos.

Este trabajo fue reconocido al incorporarse como nodo de la Red Española de Supercomputación, liderada por el Barcelona Supercomputing Center, que ha sido finalmente configurada como ICTS (Instalación Científico-Técnica Singular).

El BIFI ha adquirido también un papel relevante en el campo de la Ciencia Ciudadana (contribución activa de los ciudadanos en la investigación) desde la creación del proyecto de computación voluntaria Ibercivis, que derivó después en la constitución de la Fundación Ibercivis, hasta el liderazgo del proyecto europeo Socientize, donde se ha redactado el Libro blanco de la ciencia ciudadana en Europa.

En este campo, mediante experimentos abiertos y exhibiciones participativas, los ciudadanos contribuyen activamente a enriquecer los procesos científicos, aportando sus propios recursos y sus conocimientos, a la vez que se fomenta un debate informado y se consolidan nuevas formas de aprendizaje e innovación social.

Esta participación activa se ve reforzada por la utilización de tecnologías avanzadas en campos como la visualización, la robótica o la cognición, materias en las que poseen una amplia experiencia, entre otros, los grupos de investigación del I3A que colaboran en este proyecto.

También el prototipado rápido y la fabricación digital se están consolidando como nuevos modos de diseño, producción y manufactura de objetos y prototipos tecnológicos de última generación, con numerosas aplicaciones directas en el sector industrial, en el ámbito educativo, y en otros sectores más ligados a la experimentación tecnológica aplicada en diferentes campos de actividad.

Con estos antecedentes, en 2010 se realizó una solicitud de fondos FEDER para la creación de CESAR, Centro de Supercomputación de Aragón, un centro al que se pretendía dotar de unas características diferenciales al combinar la supercomputación propiamente dicha con la participación activa de los ciudadanos y la utilización de otras tecnologías avanzadas. El proyecto fue evaluado positivamente y recibió una ayuda de 2 millones de euros para la adquisición de infraestructuras. Las dificultades económicas de los últimos años retrasaron el desarrollo del proyecto, de modo que ha sido finalmente en 2015 cuando se ha hecho efectiva la compra de los equipos, que se espera estén operativos en Enero de 2016.